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EEUU. Ante el colapso del mercado global, el presidente estadounidense Donald Trump dio marcha atrás abruptamente a sus aranceles sobre la mayoría de las naciones, postergándolos por 90 días, pero aumentó al 125% su tasa impositiva a las importaciones chinas.
Parecía ser un intento de reducir lo que había sido una guerra comercial sin precedentes entre Estados Unidos y la mayor parte del mundo a una batalla entre Estados Unidos y China. El índice bursátil S&P 500 saltó casi un 7% después del anuncio, pero el drama sobre los aranceles de Trump ahora se prolongará a medida que el gobierno participe en negociaciones que podrían hacer que la incertidumbre persista en la economía mundial.
Trump publicó en Truth Social que, debido a que “más de 75 países” se habían acercado al gobierno de Estados Unidos para sostener conversaciones comerciales y no han tomado represalias de manera significativa, “he autorizado una pausa de 90 días, y un arancel recíproco sustancialmente reducido durante este período, del 10%, también efectivo de inmediato”.
Trump dijo más tarde a los reporteros que retiró muchos aranceles globales (pero no los de China), porque la gente estaba “nerviosa” y “asustada”, y agregó que, aunque esperaba llegar a acuerdos, “nada ha terminado todavía”.
El presidente dijo que había observado el mercado de bonos y que la gente estaba “un poco inquieta”. Pero tras su pausa en los aranceles, Trump describió el mercado de bonos como “hermoso”.
Parecía imposible negar completamente la presión generada por los volátiles mercados financieros que habían presionado a Trump para reconsiderar sus aranceles, aun cuando algunos funcionarios de la administración dijeron que la reversión siempre había sido el plan.
El anuncio se produjo cuando la economía global parecía estar en abierta rebelión contra los aranceles de Trump desde su entrada en vigor el miércoles, una señal de que el presidente de Estados Unidos no es inmune a las presiones del mercado.