Estimated reading time: 3 minutos
La variante NB.1.8.1 se propaga a nivel mundial, pero por ahora no se asocia a que pueda generar mayor riesgo.
En su más reciente evaluación publicada el 23 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que la variante NB.1.8.1 del SARS-CoV-2 (el virus causante de la pandemia del coronavirus) ha sido clasificada como una “variante bajo monitoreo”, debido a su crecimiento sostenido en distintas regiones del mundo. Sin embargo, el organismo internacional aseguró que el riesgo que representa a la salud pública global sigue siendo bajo.
NB.1.8.1 es descendiente de la variante recombinante XDV.1.5.1 y fue detectada por primera vez el 22 de enero de 2025. Desde entonces, su proporción en las muestras globales ha aumentado rápidamente: del 2,5 % en la semana epidemiológica 14 al 10,7 % en la semana 17, según datos extraídos de GISAID.
“Si bien observamos un crecimiento notable en países de la región del Pacífico Occidental, no hay indicios de que esta variante cause una enfermedad más grave en comparación con otras que están circulando actualmente”, afirmó la OMS en su evaluación.
La NB.1.8.1 presenta mutaciones en la proteína Spike que podrían aumentar su capacidad de transmisión y evasión del sistema inmune. Entre ellas destacan T478I, que ha sido relacionada con una mayor evasión de anticuerpos de clase 1 y 2, y A435S, que reduce la eficacia de algunos anticuerpos monoclonales. A pesar de esto, los estudios iniciales muestran que la capacidad de neutralización por parte de vacunas actuales apenas se ve reducida entre 1,5 y 1,6 veces respecto a la variante LP.8.1.1.
“La evasión inmunitaria es marginal respecto a otras subvariantes de JN.1. No hay motivo para alarmarse, pero sí para vigilar de cerca”, precisó la organización.
En cuanto al impacto clínico, la OMS informó que no se han detectado señales de aumento en la gravedad de los casos asociados a esta variante. Aunque se han registrado más hospitalizaciones en zonas donde NB.1.8.1 es dominante, como el Pacífico Occidental, no hay evidencia de incremento en ingresos a UCI ni en mortalidad.
“No existen datos que sugieran que NB.1.8.1 esté asociada con mayor severidad clínica”, explicó el informe. Además, la variante no presenta mutaciones que comprometan la eficacia de antivirales como Nirmatrelvir (Paxlovid), aunque se necesita más investigación para conocer su impacto sobre otros tratamientos como remdesivir y molnupiravir.
Brote de covid-19 en El Salvador encontró una vacunación en declive
En cuanto a la vacunación, la OMS reiteró que los biológicos actuales siguen siendo efectivos contra NB.1.8.1. “Las vacunas monovalentes basadas en JN.1 o KP.2 continúan siendo antígenos adecuados, mientras que LP.8.1 se mantiene como una alternativa válida”, indicó el Grupo Asesor Técnico de Composición de Vacunas.
Actualmente, NB.1.8.1 ha sido detectada en 22 países. Su expansión es especialmente marcada en tres regiones: Pacífico Occidental (del 8,9 % al 11,7 %), las Américas (del 1,6 % al 4,9 %) y Europa (del 1,0 % al 6,0 %) entre las semanas epidemiológicas 14 y 17.
Ante este panorama, la OMS instó a los países a mantener la vigilancia clínica y genómica. “Es esencial seguir monitoreando esta variante mientras se recopila más evidencia”, enfatizó la organización.
Como parte del marco general de transición postemergencia del covid-19, la OMS también anunció que las recomendaciones sanitarias internacionales, originalmente válidas hasta abril de 2025, se extenderán por un año más, hasta abril de 2026.
“La vigilancia no puede relajarse. Variantes como NB.1.8.1 nos recuerdan que el SARS-CoV-2 sigue siendo una amenaza en transformación”, concluyó la OMS.