Alrededor de 5 millones de personas en el mundo padecen algún tipo de lupus, una enfermedad autoinmune crónica que afecta principalmente a mujeres jóvenes, donde 9 de cada 10 casos corresponde a esta población, especialmente entre los 15 y 44 años. De todas sus variantes, el Lupus Eritematoso Sistémico (LES) es el tipo más frecuente y, a la vez, uno de los más desafiantes de diagnosticar debido a la diversidad de sus síntomas.
El LES es una enfermedad autoinmune, lo que significa que el sistema inmunológico en lugar de proteger el cuerpo ataca por error sus propios tejidos, es decir, aquello de lo que están hechos los órganos. Esto puede causar daños a largo plazo en diferentes partes del cuerpo, como las articulaciones y la piel, así como en órganos vitales como los riñones, el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos y el cerebro, llegando incluso a provocar complicaciones potencialmente mortales.
“La enfermedad suele generar brotes frecuentes, y sabemos que cada brote duplica el riesgo de daño en los órganos, deteriorando la calidad de vida de quienes la padecen. Es importante que el paciente sea valorado por un médico especialista para que reciba la atención adecuada, cuidados preventivos y educación que le ayuden a mejorar su calidad de vida. La detección temprana en esta patología es de suma relevancia, pues se minimizan las complicaciones y se puede administrar el tratamiento adecuado según el caso”, destacó el Dr. Andrés Rojas, Director Médico de AstraZeneca para Centroamérica y Caribe
Síntomas del Lupus Eritematoso Sistémico (LES)
- Erupción cutánea en el rostro, se asemeja a las alas abiertas de una mariposa en ambas mejillas
- Hinchazón y dolor de las articulaciones
- Fatiga
- Dolor de cabeza
- Sensibilidad a la luz
- Dolor al respirar
- Fiebre
*Fuente: Lupus Research Alliance
A nivel mundial, el Lupus Eritematoso Sistémico (LES) afecta de manera más severa a poblaciones caucásicas y latinoamericanas. En América Latina, su impacto es particularmente alto, probablemente debido a las desigualdades en los sistemas de salud, ya que la tasa de mortalidad por esta patología en la región es la más alta del mundo. Esta realidad responde no solo a factores individuales, como la pobreza, la nutrición deficiente o la dificultad para continuar con los tratamientos, sino también a la falta de acceso a especialistas, vivir en zonas de difícil acceso y la escaza infraestructura sanitaria.
Aunque actualmente no existen datos consolidados sobre el costo del lupus en América Latina, estimaciones internacionales sitúan el gasto anual por paciente entre los USD $4.200 y USD $30.000, lo que evidencia una carga económica considerable tanto para los sistemas de salud como para las familias.
A pesar de que la causa exacta del lupus sigue sin conocerse, los expertos apuntan a una combinación de varios factores: la predisposición genética, la exposición a rayos ultravioletas, ciertos medicamentos para tratar la presión arterial o las infecciones, así como las convulsiones, el agotamiento físico o el estrés. En ocasiones los pacientes pueden pasar mucho tiempo antes de ser diagnosticados correctamente. Para ellos, los especialistas pueden recurrir a pruebas específicas, como el análisis de sangre con anticuerpos antinucleares (ANA), estudios de sangre, exámenes de orina, biopsias renales y pruebas de imagen para detectar alteraciones en articulaciones u órganos afectados.
El diagnóstico precoz y el acceso a tratamientos adecuados son fundamentales para mejorar el pronóstico de los pacientes. Su manejo requiere no solo un enfoque clínico integral, sino también políticas que contemplen el impacto económico, social y emocional que conlleva. El tratamiento debe estar orientado a lograr la remisión y baja actividad del lupus, un objetivo que no siempre se alcanza con la terapia estándar actual.
El Dr. Rojas refuerza que “Ante esta realidad, es fundamental visibilizar la urgencia de mejorar la atención médica, reducir las desigualdades regionales y fortalecer la investigación sobre el lupus, una enfermedad que, aunque a menudo es invisible, deja huellas profundas en millones de vidas.» El silencio del lupus no debe ser motivo para ignorarlo, sino un llamado a actuar. Solo a través del compromiso conjunto de los gobiernos, el personal sanitario y la sociedad civil será posible avanzar hacia un sistema de salud más justo, accesible y equitativo para quienes enfrentan esta enfermedad.
Fuente. AstraZeneca