La pandemia de sobrepeso y obesidad afectan a gran parte de la población panameña. Actualmente, cerca de un 72% de la población mayor de 18 años presenta exceso de peso, del cual el 35.3% se encuentra con obesidad, según datos del Ministerio de Salud.
«Es crucial identificar a las personas con obesidad y evaluarlas médicamente para determinar su riesgo de problemas de salud asociados al sobrepeso», afirmó la Dra. Ana Elena Espinosa, endocrinóloga del Hospital Paitilla, parte de la red sanitaria privada internacional Hospiten que cuenta con 20 centros médico-hospitalarios privados situados en España, Panamá, República Dominicana, México y Jamaica.
En la Jornada Científica del Hospital Paitilla 2024, se discutió el tema de la obesidad desde un enfoque moderno, diagnóstico y terapéutico, destacando la importancia de que los pacientes adopten hábitos saludables para combatir la obesidad.
El Hospital Paitilla se ha unido a la Asociación Panameña para la Prevención y el Tratamiento de la Obesidad (APPTO), en múltiples acciones, que incluyeron la organización de una caminata que tiene como objetivo prevenir y combatir la obesidad, el pasado domingo.
La Dra. Espinosa, quien forma parte de la Asociación Panameña para la Prevención y el Tratamiento de la Obesidad, señaló que recientemente un grupo de 58 expertos en la enfermedad de diferentes regiones del mundo y distintas disciplinas médicas, formaron una comisión para crear una nueva definición más completa y actualizada de la obesidad y dar recomendaciones acerca de su evaluación y diagnóstico. Este grupo definió a la obesidad como un exceso de adiposidad o también llamado “exceso de grasa”, y este exceso de adiposidad puede conllevar a problemas de salud graves. La comisión también introdujo el término “obesidad clínica”, que se tipifica cuando la obesidad ya ha ocasionado problemas de la salud conexos.
Las personas con obesidad pueden tener múltiples problemas de salud como, elevación de la glucosa y de los lípidos en sangre, hígado graso, problemas cardíacos, síndrome de ovarios poliquísticos, problemas renales y articulares que conllevan dolor e inmovilidad, señaló la especialista. Adicionalmente, la obesidad aumenta el riesgo de padecer depresión, enfermedad cardiovascular, infarto cardíaco y diferentes tipos de cáncer.
Los cambios en el estilo de vida son el pilar fundamental para la pérdida de peso en el manejo de la obesidad. Y es aquí donde hablamos de vida saludable y sus componentes, tales como: alimentación saludable; actividad física regular; no fumar (tampoco se debe fumar cigarrillos electrónicos); no tomar alcohol; reducir el estrés; y mantener un sueño adecuado.
La alimentación saludable debe incluir variedad de alimentos, como vegetales, frutas, proteínas de fuente animal y/o vegetal, y granos preferiblemente enteros. Se debe reducir el consumo de alimentos ricos en grasas, azúcar y sodio, así como también el consumo de alimentos ultra-procesados y evitar las bebidas azucaradas.
La doctora Espinosa explicó que no consumir alcohol es lo más aconsejable. Sin embargo, si se decide beber, los hombres no deben exceder de 2 tragos al día y las mujeres no más de 1 trago al día.
En relación con la actividad física, es fundamental realizar ejercicio aeróbico de manera regular, como caminar. Además, se recomienda efectuar ejercicios de fortalecimiento muscular al menos dos días por semana. Es crucial evitar el sedentarismo y promover una mayor movilidad a lo largo del día.
Adicionalmente, es muy importante tener un sueño adecuado. Estudios muestran que las personas que duermen menos de 6 horas al día están a mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas.
Es importante recalcar que el manejo de la obesidad debe ser multidisciplinario, debe incluir al médico, nutricionista y psicólogo, entre otros, que buscan llevar a los pacientes a reducir o eliminar las enfermedades relacionadas y que continúe perdiendo peso de forma sostenida mediante un estilo de vida balanceado y saludable.
No existe ninguna dieta que haya demostrado ser superior a otras estudiadas para perder peso. Por ello, el tratamiento de la obesidad debe ser personalizado, y la elección de la dieta a seguir dependerá de diferentes factores relacionados con el paciente, sus hábitos, condiciones preexistentes, historia familiar, etc.
Además, de las modificaciones en el estilo de vida, existen medicamentos para pérdida de peso, así como intervenciones quirúrgicas que pueden ser una opción para ciertos pacientes con obesidad, explicó la Dra. Espinosa.
Las políticas públicas, como la mejora de las aceras para facilitar el tránsito peatonal y la creación de ciclovías, entre otras, pueden ser implementadas para promover más actividad física. Es fundamental que una vez adoptadas algunas de las medidas de salud pública mencionadas se evalúe el impacto que tengan en la promoción de estilos de vida saludable y prevención de la obesidad.
En cuanto a los menores de edad la prevalencia de exceso de peso se sitúa con un 28% del cual la obesidad ocupa un 10%. Es primordial educar a los niños en las escuelas acerca de estilos de vida saludables, así como, desarrollar programas para educación en los padres. Ya que muchos de los hábitos alimenticios se crean desde la infancia, y si son perjudiciales para la salud, puede ser muy difícil cambiarlos en la vida adulta.
Se deberían implementar medidas como prohibir la publicidad de alimentos perjudiciales para niños, aumentar impuestos a bebidas azucaradas, colocar etiquetado nutricional que indique exceso de calorías, azúcar, grasas, sodio y grasas trans, y prohibir la venta de bebidas azucaradas y comida chatarra en escuelas. Panamá ya ha adoptado esta última medida.
La Organización Mundial de la Salud reconoce a la obesidad como enfermedad en su Catálogo Internacional de Enfermedades, dándole la calificación de “pandemia”.
Fuente. APPTO