El Salvador. Kimberly-Clark -empresa líder en la fabricación de productos de higiene y cuidado personal- está comprometida en la construcción de un futuro más sostenible y avanza en el alcance de sus metas a través de una estrategia global, con el propósito de brindar “Un Mejor Cuidado para un Mundo Mejor”. La compañía espera impactar a 1 mil millones de vidas en condición de vulnerabilidad y reducir el 50% de su huella ambiental para el 2030.
Uno de los pilares centrales de esta estrategia es la gestión responsable de los recursos hídricos, reflejada en iniciativas robustas que buscan minimizar el consumo de agua en toda la cadena de valor. La compañía está comprometida en garantizar la preservación y uso responsable del recurso hídrico; la meta consiste en reducir el consumo absoluto de agua en las operaciones a nivel mundial en un 50 % para el 2030.
Según comentó Sandro De Ponte, gerente de Operaciones en Kimberly-Clark Centroamérica, para la empresa, enfrentar retos y oportunidades en materia de sostenibilidad significa innovar en todos nuestros negocios y al mismo tiempo, desarrollar los mejores productos, soluciones y formas de trabajar. “Nos esforzamos por generar un impacto social que ayude a enfrentar las desigualdades en el acceso a la educación, higiene y saneamiento, al mismo tiempo que trabajamos para reducir nuestro impacto en el planeta asociado a los plásticos de un solo uso, la dependencia forestal, las emisiones de carbono y el uso responsable del agua”, concretó De Ponte.
Planta en Sitio del Niño: un referente a nivel mundial
La planta ubicada en Sitio del Niño en El Salvador, es un referente a nivel mundial dentro de la compañía, en el uso eficiente del agua. En la actualidad, esta fábrica tiene el indicador de consumo hídrico más bajo en la región de Latinoamérica; además, la compañía invierte localmente US$1.7 millones anuales para minimizar su huella a través de cada iniciativa.
Como parte de estos esfuerzos continuos, la operación en El Salvador logró en 2024 reducir su huella hídrica en un 75% en comparación con el año base 2015. Esta cifra equivale a 550 piscinas olímpicas anuales.
En El Salvador, se implementa la metodología conocida como “Lean Agua”, que utiliza tecnología de vanguardia y permite a la planta gestionar de manera eficiente el recurso hídrico, monitoreando y midiendo de forma constante su consumo a lo largo del tiempo. Además, proporciona visibilidad de los procesos, lo que facilita la toma de decisiones y la administración eficiente. Este enfoque es ejecutado por un equipo multidisciplinario enfocado en reducir las brechas en áreas como tecnología, procesos, cultura, desempeño y mejores prácticas, gestionando estas áreas para mejorar continuamente los resultados en esta área.
“Desde el 2015, las acciones están enfocadas en minimizar el consumo de agua mediante una serie de iniciativas y la continua inversión de la organización en la búsqueda de procesos y tecnologías que nos permitan la mejora continua en la huella hídrica”, señaló De Ponte.
Asimismo, en El Salvador, Kimberly-Clark cuenta con una planta de tratamiento de aguas residuales desde la cual, se reutiliza más del 80% del agua que se requiere en los diferentes procesos por medio de un novedoso sistema de tratamiento que permite la depuración del agua garantizando la calidad para el reúso y vertido.
En el ámbito de impacto social, a través del programa «Baños Cambian Vidas», liderado por la marca Scott®, Kimberly-Clark ha mejorado -por casi una década- infraestructuras sanitarias en comunidades vulnerables al brindar acceso a agua potable, baños seguros y educación sobre higiene. En 2024, esta iniciativa impactó a más de 171.000 salvadoreños en escuelas de Cuscatlán y Cabañas.
Otros avances en América Latina
Como reflejo de este compromiso en reducir la huella hídrica, las plantas de producción de Kimberly-Clark en América Latina han reducido el 58 % del consumo de agua, es decir, más de 2 millones de metros cúbicos de agua que dejaron de ser utilizados en los procesos productivos. A través de la innovación, la compañía implementa tecnologías avanzadas para el reaprovechamiento de agua en sus operaciones y también, por medio de alianzas estratégicas con proveedores para proteger los ecosistemas.
En Puente Piedra, Perú, hubo una reducción de más del 50 % en comparación con la línea base de 2015, mediante la inversión de millones de dólares en la reutilización y recirculación del agua de proceso.
En Puerto Tejada, Colombia se instalaron nuevos filtros y tecnologías para reducir el consumo de agua en más del 20% en comparación con 2015, mejorando el balance hídrico local y también promoviendo la reutilización del agua en el proceso. También, en este mismo país en la planta de Barbosa en Bogotá, se reutiliza el 81% del agua en sus procesos productivos y la reducción de su huella hídrica es de 29% -meta que se ha logrado alcanzar en los últimos 10 años-.
Todas estas iniciativas demuestran el compromiso de Kimberly-Clark con su propósito y destacan el papel transformador que las grandes empresas pueden desempeñar en la construcción de un futuro más sostenible y resiliente, donde el uso consciente del agua es una prioridad para todos.
Fuente. Kimberly-Clark