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Costa Rica y Francia dieron un nuevo paso en su cooperación ambiental con el lanzamiento de un proyecto conjunto de carbono azul. Su objetivo es conservar y restaurar ecosistemas marinos estratégicos, como los manglares, que desempeñan un papel clave en la captura de carbono y la lucha contra el cambio climático.
El acuerdo se formalizó el viernes anterior en San José mediante la firma de un convenio tripartito entre la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) y la organización Conservación Internacional Costa Rica (CI-CR).
El proyecto contará con un financiamiento inicial de 700 mil euros, otorgado por la AFD, y se ejecutará durante los próximos tres años.
La iniciativa tiene como finalidad apoyar la implementación efectiva de la Estrategia Nacional de Carbono Azul (ENCA) de Costa Rica, creada para conservar ecosistemas que almacenan carbono.
El director de la AFD en Costa Rica, Jean-Philippe Berthélemy, señaló que el proyecto representa un modelo de cooperación innovador, aplicable a diversas áreas como la ciencia.
“Con este proyecto, Costa Rica avanza hacia un modelo de desarrollo más resiliente y justo, apostando por la ciencia, la inclusión y la innovación financiera para conservar los ecosistemas marinos. La cooperación con Francia reafirma una visión compartida por un futuro sostenible”, destacó el jerarca.
El proyecto se estructura en torno a dos áreas principales:
Condiciones habilitantes para la implementación de la ENCA, que incluyen herramientas de monitoreo, mapeo de zonas prioritarias para la restauración de manglares y mecanismos de reconocimiento ambiental.
Diseño de un mecanismo financiero a largo plazo, que integrará los ecosistemas de carbono azul a la contabilidad nacional de carbono y establecerá una estructura justa de distribución de beneficios derivados de créditos de carbono.
La ejecución técnica estará a cargo de CI-CR, en coordinación con el SINAC, su Programa Nacional de Humedales y otras entidades como la Comisión Nacional para la Gestión de la Biodiversidad (CONAGEBIO). Un comité directivo guiará el proyecto, mientras que la AFD participará como observadora permanente para garantizar transparencia y seguimiento estratégico.
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