Cada 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, con el objetivo de generar conciencia y educar a la población sobre esta enfermedad que por años se ha estigmatizado como una escogencia, sin embargo, es una enfermedad crónica, que puede desencadenar otras enfermedades como: la presión alta, azúcar, inflamación en el hígado, derrames, infartos y apnea del sueño.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) afiliada a la Organización Mundial de la Salud (OMS), menciona que para el 2024 el lema de la campaña es «Hablemos de obesidad y…», para iniciar conversaciones transversales y ver la obesidad desde una perspectiva diferente.
“La obesidad siempre ha sido estigmatizada como una escogencia de la persona y no como una enfermedad como tal. Es multifactorial con un trasfondo muy amplio, ya que tiene un componente genético, social y familiar. La única forma de tener éxito en el manejo de esta enfermedad es abordándolo desde un punto de vista multifactorial, abarcando todas las aristas que están involucradas en el tratamiento, con nutricionistas, especialistas médicos que se encarguen del manejo de la obesidad, programas de ejercicio físico y apoyo psicológico”, explicó el Dr. Jorge Vargas, Gastroenterólogo de la Clínica Equilibrium.
Datos de la Encuesta Nacional de Salud realizada por el INCIENSA en el año 2015, menciona que el 70% de la población costarricense entre 40 y 50 años posee obesidad o sobrepeso, estimando que 2 de cada 3 adultos lo padece. Según la OPS se estima que una de cada cuatro personas vivirá con obesidad en 2035 y que el impacto económico global estimado del sobrepeso y la obesidad en el mismo año será de $4.32 billones.
Por su parte el atlas de 2023 de la Federación Mundial de Obesidad predice que el 51% del mundo, o más de 4 mil millones de personas, serán obesas o tendrán sobrepeso en los próximos 12 años. Y prevé que la prevalencia del sobrepeso y la obesidad le costará a la economía mundial el 3,3% del PIB para el 2060.
La obesidad es una enfermedad que no solamente está afectando socialmente a la población, disminuyendo la calidad de vida de los costarricenses, sino que también puede tener efectos negativos en la economía del país.
“La obesidad también impacta los costos de salud pública, ya que una persona con obesidad y sus enfermedades asociadas, tiene un costo en salud 15 veces mayor a una persona que no tiene obesidad. Asimismo, en Costa Rica actualmente las empresas se están viendo más afectadas en su productividad debido al aumento en gastos médicos, incapacidades y ausentismo laboral asociados al incremento de las enfermedades crónicas en la población adulta como lo es la obesidad”, mencionó el Dr. Vargas.
¿Qué es la obesidad?
El especialista explica que se puede hablar de obesidad cuando hay una relación desproporcionada entre el peso y la altura de una persona. La obesidad se define como la presencia de un índice de masa corporal (IMC) superior a los 30 kg x m2
La obesidad está catalogada como una enfermedad crónica, ya que está basada en una serie de factores principalmente genéticos y de estilo de vida que no permitirá curar, sino controlar a la persona. Su principal riesgo es que acarrea una serie de enfermedades que afectan la calidad de vida, duración o expectativa de vida de las personas tales como: enfermedades cardiovasculares, daños en articulaciones, problemas gástricos, trastornos mentales, problemas respiratorios e incluso desarrollo de tumores cancerígenos.
Según el gastroenterólogo existen dos tipos de obesidad, la más común y más riesgosa es la obesidad centrípeta, que es la acumulación de grasa en el abdomen, y que puede provocar enfermedades que afectan al corazón, la presión, el azúcar y que podrían llegar a provocar tumores en el colon y en las mamas.
Para diagnosticar a una persona como obesa o con sobrepeso, se realiza el pesaje y se divide con la estatura de la persona al cuadrado, lo cual da como resultado el Índice de Masa Corporal (IMC). Asimismo, se determina el Índice de Grasa Corporal, el cual debe ser no más de 25% en los hombres y 33% en las mujeres.
Prevención
Los pilares fundamentales para prevenir la obesidad están basados en buenos hábitos de vida, presencia de buena alimentación, evitar el exceso de consumo de grasa, y carbohidratos, así como mantener una vida saludable.
El especialista considera que las medidas de salud pública deben ser una prioridad, ya que las personas no eligen ser obesas, sino que existen diversos factores tanto genéticos como de estilo de vida, que llevaron a la persona a padecer de obesidad. Vargas señala que se deben establecer programas para concientizar a la población sobre la obesidad como una enfermedad crónica así como incentivar a la población a realizar actividad física desde que son niños en las escuelas y a mantener una alimentación saludable reduciendo alimentos con un alto valor calóricos.
Actualmente, existen tratamientos ambulatorios y de fácil acceso para pacientes, los cuales se realizan mediante una endoscopía, colocando dispositivos en el estómago, o cambiando la morfología del estómago, permitiendo que la persona pierda peso, tal es el caso del “balón gástrico” un procedimiento no invasivo mediante el cual las personas pueden perder hasta 40 kg de grasa.
Fuente. Equilibrium