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Honduras. La presidenta de Honduras, Xiomara de Zelaya, expresó este jueves su firme rechazo a lo que describió como un intento de desestabilizar su gobierno mediante el uso del tratado de extradición para presionar a las Fuerzas Armadas.
Castro de Zelaya enfatizó que no permitirá que “se intimide o chantajee” a los militares hondureños a través de este acuerdo.
En sus declaraciones, Castro de Zelaya sostuvo que se está “fraguando un plan en contra de su gobierno” al atacar al jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández, y al ministro de Defensa, José Manuel Zelaya, quienes, según la mandataria, son blancos de un intento de debilitar la institucionalidad de las Fuerzas Armadas. “Eso es algo que no voy a permitir”, subrayó.
La Presidenta justificó la suspensión del tratado de extradición con Estados Unidos como una respuesta necesaria a lo que percibe como una interferencia indebida en los asuntos internos de Honduras.
Esta medida, explicó, fue provocada por las recientes declaraciones de la embajadora estadounidense en el país, Laura Dogu, quien expresó sorpresa al ver a altos funcionarios hondureños reunidos en Venezuela con el ministro de Defensa de ese país, Vladimir Padrino.
“Ayer (miércoles) atacaron al jefe de las Fuerzas Armadas y al ministro de Defensa en nuestro país”, afirmó Castro, y denunció la gravedad de este ataque y su potencial para “debilitar la institucionalidad de las Fuerzas Armadas” en un momento perentorio para el proceso electoral que se avecina.
La mandataria también advirtió sobre los peligros de un golpe de Estado, describiéndolo como un evento que conlleva “violencia, destierro, persecución y violaciones a los derechos humanos”. En este sentido, aseguró al pueblo hondureño: “No más golpes de Estado”.
En su discurso, Castro reiteró su compromiso de seguir construyendo “la paz y la unidad que el pueblo hoy necesita” y de avanzar en la recuperación del país tras lo que describió como 12 años de “narcodictadura”.
La Presidenta hizo hincapié en los logros de su gobierno en dos años y siete meses, y presumió el esfuerzo “sobrehumano” realizado para levantar a Honduras.
La mandataria también criticó a quienes, según ella, no entienden su postura en defensa de la soberanía hondureña, aludiendo a los que entregaron recursos naturales y permitieron la creación de las ZEDEs (Zonas de Empleo y Desarrollo Económico), proyectos que consideró contrarios a los intereses del país.
Finalmente, la Presidenta reiteró que las relaciones internacionales de Honduras deben basarse en el respeto mutuo y no en la injerencia, recordando que su gobierno fue concebido como una transición “de la dictadura a la democracia”. Castro de Zelaya hizo estas declaraciones durante la inauguración de una central eléctrica en San Pedro, Copán, occidente de Honduras.