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Panamá solicitará que en 2026 se lleve a cabo en el país centroamericano la reunión de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en el marco de la conmemoración de los 200 años del Congreso Anfictiónico ideado por Simón Bolívar en la capital panameña para intentar unir a Latinoamérica.
“Agradecemos el esfuerzo que esta Cancillería está haciendo para que seamos invitados en la próxima reunión de la OEA y solicitar que en el 2026 esa reunión se lleve a cabo en Panamá con el propósito de conmemorar 200 años del Congreso Anfictiónico”, dijo este miércoles el ministro entrante de Relaciones Exteriores, Javier Martínez Acha.
El canciller designado dio esas declaraciones tras una reunión de traspaso de mando con la actual ministra de Exteriores de Panamá, Janaina Tewaney. Ambos mostraron su interés por hacer una transición ordenada, “transparente” y “madura”.
En dicho encuentro abordaron temas de política exterior a futuro y algunas presentes, como la crisis migratoria en la selva del Darién, frontera natural con Colombia usada a diario por centenares de personas provenientes del sur del continente para llegar hasta EE.UU. o Canadá en busca de mejores condiciones de vida.
El próximo 1 de julio, el presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, tomará posesión y comenzará el nuevo gobierno hasta 2029.
En 1826, Panamá acogió el conocido Congreso Anfictiónico ideado por Simón Bolívar (Caracas, 1783) para abordar la posible unificación de Latinoamérica frente a la amenaza colonial de Europa y Estados Unidos. Fue celebrado entre el 22 de junio y el 15 de julio de ese año en la sala capitular del Convento de San Francisco (hoy Palacio Bolívar), que se encuentra en la sede del actual Ministerio de Exteriores en Ciudad de Panamá.
Fue convocado dos años antes (1924), cuando el Libertador invitó a los plenipotenciarios de la Gran Colombia (Venezuela, Colombia y Ecuador), de México y de Guatemala para que asistieran a la Ciudad de Panamá, junto con los representantes de Perú, a participar en ese Congreso Anfictiónico, inspirado de los antiguos griegos, que acostumbraban a celebrar asambleas con las ciudades vecinas sobre asuntos generales y de interés común.
Durante la reunión se firmó una Convención de Contingentes y además se establecieron las bases de los principios de solidaridad defensiva, conciliación, no intervención, asilo territorial, garantía de la integridad de los territorios, codificación del derecho internacional, abolición de la esclavitud y trato recíproco entre los ciudadanos del continente.
Esa visión y el sueño internacionalista de Bolívar, que falleció casi en el desamparo en la ciudad colombiana de Santa Marta en 1830, se rompieron en 1828 sin que sus planes integracionistas se lograran concretar, sobre todo por las diferencias surgidas entre los países hispanoamericanas participantes en el Congreso de Panamá.
Este espíritu se mantiene vivo en organismos como la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que celebró este año su VIII Cumbre en San Vicente y las Granadinas, y en parte en la propia OEA (la presencia de Estados Unidos entre sus miembros choca con el ideario de unión latinoamericana de Bolívar frente a la influencia estadounidense), cuya Asamblea General tendrá lugar a finales de este mes en Paraguay.