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Panamá. El senador paraguayo, Eduardo Nakayama, destacó que el deseo del presidente de la República, José Raúl Mulino, de unirse al mecanismo puede fortalecer las importaciones y exportaciones entre los países
A juicio del senador paraguayo, Eduardo Nakayama, la intención del gobierno panameño de unirse, como Estado Asociado, al Mercado Común del Sur (Mercosur), refleja una “visión estratégica y sumamente adelantada”, al resto de los países de América Central y el Caribe, así lo mencionó el pasado 11 de julio, en entrevista con este medio.
“El Mercosur está conformado por los países que más alimentos producen en la región y está desarrollando el Corredor Biocéanico Central, de más de 2,472 kilómetros y conecta el puerto de Porto Alegre (Brasil) con uno de los tres puertos de la región de Coquimbo (Chile)”, destacó.
La agrupación de naciones está conformada por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela (suspendida desde agosto de 2017). Estados Asociados: Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Bolivia.
Datos de la Oficina de Inteligencia Comercial (Intelcom), del Ministerio de Comercio e Industrias (Mici), muestran que, Panamá ha exportado $61.4 millones en productos, entre 2010 y 2024, siendo $1.7 millones lo correspondiente al primer trimestre de este año.
Desde 2010 hasta la fecha, el país que más exportaciones nacionales ha recibido es Brasil ($55.7 millones), seguido muy de lejos por Uruguay ($2.2 millones), Argentina ($1.9 millones) y Paraguay ($1.8 millones).
En materia de puertos, los que más embarques han tenido son: Puerto Manzanillo ($50.8 millones), Puerto Cristóbal ($8 millones), Puerto Balboa ($800.000), Colon Container Terminal ($600.000) y Rodman ($500.000).
“Panamá es el ‘hub’ más importante de las Américas y ver la posibilidad de crear alianzas hacia un hub sub continental podría llegar a ser muy relevante, fortaleciendo la conexión de este país con el polo sudamericano”, analizó Nakayama.
“Panamá es un punto de unión natural entre el Mercosur y Centroamérica y con esta posible incorporación puede fortalecer su liderazgo, a nivel regional”, agregó.
Información divulgada en el portal de estadísticas de Mercosur muestra que, en lo que va del año, han exportado 125.063,3, a nivel mundial, haciendo énfasis en China (27,7%), la Unión Europea (13,3%) y Estados Unidos (11,9%).
En materia de importaciones, han generado $97.846,7 millones, siendo sus principales mercados China (26,4%), la Unión Europea (19,9%) y Estados Unidos (15,8%).
El titular del Mici, Julio Moltó, dijo a EFE que Panamá iniciará las “conversaciones” lo “antes posible” para adherirse al mecanismo. “La instrucción es que generemos las conversaciones (…) y creo que por esa vía debe ir, como un Estado Asociado para entrar en el Mercosur”, afirmó el ministro.
Según la página web de Mercosur, la solicitud “para adquirir la condición de Estado Asociado se presenta ante el Consejo del Mercado Común, canalizándola por intermedio de la Presidencia Pro tempore”, ahora en manos de Uruguay después del traspaso de Paraguay, el pasado lunes.
Los Estados Asociados “son aquellos miembros de la Asociación Latinoamericana de integración con los cuales el Mercosur suscribe acuerdos de libre comercio, y que posteriormente solicitan ser considerados como tales”.
También están autorizados a participar en las reuniones de órganos del bloque que traten temas de interés común, según la información oficial.
El presidente Mulino asistió, el pasado 8 de julio, a la 64 cumbre el bloque comercial en Asunción, Paraguay, en donde se reunió con sus homólogos de Paraguay, Santiago Peña, y Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para sentar las bases de posibles acuerdos comerciales a futuro.
Moltó declaró a EFE que su cartera ha recibido la “instrucción” de que “antes de seis meses”, cuando se celebre la próxima reunión con Mercosur, deben “tener algo ya establecido y conversado”.
“Así que ahora nos toca establecer todos esos protocolos con la Cancillería a través del canciller (Javier Martínez-Acha) para hacerlo propiamente entre países y las conversaciones deben iniciar lo antes posible”, agregó el ministro panameño.
El titular del Mici señaló que van a “conversar con la empresa privada local” para “hacer todas las consultas pertinentes para lograr un acuerdo que sea beneficioso para Panamá y para el Mercosur”.
’Fatiga ingregacionista’
Mientras que Panamá avanza a toda marcha para consolidar su proceso de integración al Mercosur, hay fricción dentro de las naciones que lo integran, ya que, el presidente argentino, Javier Milei, desistió de ir a la reunión para reunirse con el expresidente brasileño, Jair Bolsonaro.
La ausencia del gobernante fue criticada por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y el de Uruguay, Luis Lacalle Pou. “Es una enorme tontería que el presidente de un país importante como Argentina no participe en una reunión con el Mercosur”, dijo Lula, durante el encuentro.
Lacalle Pou comentó que “si el Mercosur es tan importante, acá deberíamos estar todos los presidentes. Yo le presto importancia al Mercosur. Y, si realmente creemos en este bloque, deberíamos estar todos”.
Una realidad que, para el presidente de Paraguay, Santigo Peña, fue consecuencia de la “fatiga integracionista” que atraviesa el bloque y de los “sesgos ideológicos”. “[La integregación] avanzó mucho en la década de los 1990, pero en los 2000 (…) hubo un cambio en la tendencia con un sesgo ideológico que hizo desintegrar al bloque”, dijo.
Esto debido a los conflictos entre Milei y Lula, al que el presidente argentino se ha referido como “zurdito” con el “ego inflamado”.
La canciller argentina, Diana Mondino, alegó, durante su intervención que “el Mercosur dejó de ser entonces una válvula de escape para volverse un corsé que nos inmoviliza, que no hace más que magnificar los problemas domésticos. Debemos tener, como dijo el presidente Santiago Peña, perseverancia y flexibilidad”.
“Tenemos un Mercosur con exceso de regulaciones, que se cerró en sí mismo, un Mercosur que, con el argumento de erigirse en una ‘barrera protectora’ frente a las importaciones desde terceros mercados no hacía más que limitar sus propias exportaciones, lesionando el sistema de equilibrio general que subyace al intercambio comercial”, acotó. “Pasamos de ‘crear’ comercio a ‘desviarlo’. Lo que es peor aún, nuestra unión es una unión aduanera bastante imperfecta”, concluyó la ministra argentina.