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RD. El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo. Pavel Isa Contreras, observó que la seguridad alimentaria y la resiliencia como como la prioridad a enfrentar en los actuales momentos al tiempo de reconocer que en el país, hemos logrado avanzar para adaptarnos a los desafíos y shocks del mundo de hoy.
El funcionario destacó la necesidad de transformar la agricultura para adaptarse a los nuevos desafíos y resaltó el papel crucial que juega la política pública en este proceso de transformación, en medio de la dificultades del mundo de hoy.
Recordó que en el pasado reciente, se vivió un intenso debate entre dos visiones antagónicas sobre la agricultura: una enfocada en la liberalización y eficiencia de mercado, y otra en la defensa del campesinado y la agricultura tradicional.
Señaló que pese a que se logró avanzar hacia una modernización gradual que ha permitido que la República Dominicana adopte prácticas más eficientes en el sector agropecuario, es necesario una nueva reforma acorde a los tiempos modernos.
Contreras compartió su experiencia personal, en el marco del XXVI Encuentro del Sector Agropecuario, que se llevó a cabo durante tres dias en el centro de Convencionws Barceló Bávaro organizado por la Junta Agropecuaria Dominixana JAD.
«En mis inicios, no comprendía completamente el potencial de la agricultura como parte integral de la modernización económica. Sin embargo, con el tiempo he entendido que la agricultura es fundamental para el desarrollo económico equilibrado y la cohesión social», señaló.
La importancia
El ministro indicó que la seguridad alimentaria y la resiliencia del sector agropecuario han tomado un rol primordial, lo que ha hecho cambiar la preocupación de la mera eficiencia y apertura de mercados a cómo garantizar la seguridad alimentaria en un mundo lleno de shocks y desafíos globales.
Refirió que la producción de alimentos debe ser considerada una cuestión de seguridad nacional, y que es crucial construir resiliencia en el sector para poder enfrentar estos desafíos.
Durante su exposición, también se refirió a la seguridad hídrica y la seguridad energética, las que citó como componentes esenciales para una agricultura sostenible al considerar que debe existir un equilibrio entre el uso del agua para consumo humano, su regulación como recurso económico y su protección como recurso ecológico.
«Se deben intensificar los esfuerzos para garantizar una producción alimentaria robusta y sostenible, capaz de resistir los impactos de los shocks externos y asegurar el abastecimiento tanto para el país como para el mercado internacional», consulto diciendo.