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La oposición al electo Mulino ha anunciado que vigilará de cerca su gestión
José Raúl Mulino, ganador de las elecciones presidenciales del domingo en Panamá, tiene ante sí grandes desafíos, como la crisis económica o la lucha contra la corrupción, así como recuperar la confianza en el país y despejar las dudas de si pretende acometer un cambio constitucional.
Son retos para los que la oposición ya ha anunciado que vigilará de cerca la gestión del considerado delfín del exmandatario Ricardo Martinelli, inhabilitado tras ser condenado por blanqueo de capitales, al que sustituyó como candidato y prometió ayudar durante su campaña, un tema que para algunos analistas consultados por EFE “tiene que aclarar”.
Martinelli está asilado en la Embajada de Nicaragua en Panamá desde el pasado 7 de febrero, tras quedar en firme su condena a más de 10 años de prisión por supuesto blanqueo de capitales.
Mulino, dicen los analistas, debe intentar orientar su gestión al respeto al orden constitucional y a la separación de poderes, y gestionar un Gobierno de unidad nacional, como anunció en su discurso de la victoria.
“Aquí tendrán a un presidente de mucha conciliación respetuosa (…) Respeto a la autonomía de cada órgano del Estado, pero le toca al Ejecutivo, y así será, conducir los destinos de la nación panameña”, afirmó Mulino.