Estimated reading time: 5 minutos
Panamá. Con estas proyecciones, Panamá sería superado por sus países vecinos: Costa Rica, Venezuela, Nicaragua, Honduras y el Salvador en los pronósticos de crecimiento del PIB, según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revisó a la baja las proyecciones de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de Panamá, fijándolo en 2.7%, tres décimas menos que en mayo pasado, cuando estimó un 3.0%; y para el próximo año 2025 prevé un 3.3%, arroja el “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2024: Trampa de bajo crecimiento, cambio climático y dinámica del empleo”, presentado este martes, 13 de agosto, por el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs.
Además de la Cepal, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), también han recortado sus perspectivas de crecimiento para Panamá, situándolo en 2.5%, en gran parte como resultado del cierre abrupto de la mina Cobre Panamá; una tasa muy distante del 7.5% obtenido al cierre del 2023.
Unas perspectivas que son compartidas por los expertos en la materia, entre ellos el economista y docente universitario, Raúl Moreira. “Tomando en cuenta en cuenta el cierre abrupto de las operaciones de la mina de cobre en Donoso y la incertidumbre generada del cambio de administración gubernamental, se podría esperar un crecimiento del PIB del orden del 2.5 % en el 2024, (y) para el año 2025 se podría esperar una cifra cercana al 4.0 %”, vaticinó.
Pero, ¿qué regiones y países liderarán el crecimiento económico de América Latina y el Caribe (ALC)? El estudio de la Cepal proyecta que, en general, la región se mantendrá con una trayectoria de bajo crecimiento este año, a una tasa promedio del 1.8%., explicó Salazar-Xirinachs.
Detalla que este lento crecimiento se observaría en todas las subregiones, puesto que América del Sur crecería un 1.5%; Centroamérica y México un 2.2%; y el Caribe (sin incluir Guyana) un 2.6% y si lo incluye vaticinó un 8.4%. Para 2025 se espera un crecimiento de 2.3% en toda la región, repunte que se explicaría, en particular, por el desempeño de América del Sur (que llegará al 2.4%), agregó.
Por país, se proyecta que la economía de Venezuela tendrá un crecimiento de 5.0% al cierre del año, Costa Rica 4.0%, Paraguay y Honduras 3.8%, Nicaragua 3.7%, Uruguay 3.6%, El Salvador 3.5% y Guatemala 3.4%.
Panamá, por su parte, que por más de tres décadas había liderado el crecimiento de la región, este 2024 se espera que crezca 2.7%, según los pronósticos de la Cepal. En la tabla le siguen Perú y Chile 2.6%, Brasil 2.3%, México 1.9%, Ecuador 1.8%, Bolivia 1.7%, Colombia 1.3%, Cuba 0.5%. Por el contrario, para las economías de Haití y Argentina se estima una contracción en sus economías, de -3,0% y -3,6%, respectivamente.
Del lado del Caribe, se espera que la economía de Guyana se dinamice 29.2%, República Dominicana 5.2%, Antigua y Barbuda 6.3%, San Vicente y las Granadinas 4.7%, Dominica 4.6%, Granada y Belice 4.1%, Barbados 3.7%, Santa Lucía 3.4%, Saint Kitts y Nevis 3,0%, Surinam y Trinidad y Tobago 2,4%, Bahamas 2,3% y Jamaica 1.8%.
Para 2025 se espera un crecimiento de 2.3% en toda la región, repunte que se explicaría, en particular, por el desempeño de América del Sur (que llegará al 2.4%), según explicó Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la Cepal.
Al presentar el informe, uno de los más importantes de la Cepal, Salazar-Xirinachs destacó que la región se mantiene estancada en una trampa de bajo crecimiento acompañada de un mal desempeño de la inversión y una baja productividad laboral, a lo que se suma el poco espacio interno para implementar políticas macroeconómicas de reactivación y la incertidumbre global.
Según el estudio, en el transcurso de la última década, los países de América Latina han exhibido un bajo crecimiento económico, con una tasa promedio del 0.9% entre 2015 y 2024, por lo que dinamizarla constituye una tarea primordial para que la región pueda responder a los desafíos ambientales, sociales y laborales a los que se enfrenta en la actualidad.
“Enfrentar la trampa de crecimiento, aumentar el empleo y crear empleos de mayor productividad requiere el fortalecimiento de las políticas de desarrollo productivo que sean complementadas con políticas macroeconómicas, laborales, y de adaptación y mitigación al cambio climático”, enfatizó el Secretario Ejecutivo del organismo.
Por otro lado, el informe también analiza (en la segunda parte) el impacto de la trampa de bajo crecimiento y el cambio climático en la dinámica del empleo.
Así, los principales resultados indican que existe una estrecha relación entre el crecimiento y la creación de empleo a nivel agregado y sectorial, por lo que la desaceleración observada en la tasa de crecimiento de la economía se tradujo en una caída de la tasa de crecimiento del número de ocupados en la última década.
Entre 2014 y 2023, el crecimiento promedio del número de ocupados de la región fue del 1.3%, un tercio del registrado en la década de 1970 (3.9%). Asimismo, se observó una caída de la productividad laboral, que en 2024 se estima será inferior a la registrada en 1980.
Por otro lado, el crecimiento de la ocupación se explica principalmente por el aumento del empleo informal, en particular de las mujeres. Al igual que la dinámica del empleo total, la informalidad se concentra en los sectores de menor productividad, especialmente construcción, comercio, transporte/turismo y servicios (que en conjunto abarcan el 74,4% de los ocupados informales), acotó.