Panamá. En la tarde de este lunes 1 de julio tomó posesión como presidente de la República de Panamá, José Raúl Mulino, quien llevará las riendas del país hasta el 2029.
Después de recibir la banda presidencial de manos de la presidenta de la Asamblea Nacional, Dana Castañeda, el nuevo presidente se emocionó tras cumplir uno de sus sueños más anhelados.
Al dirigirse al pueblo panameño, Mulino reconoció que deberá enfrentase a duros retos para sacar al país de la situación en que lo dejaron los gobiernos anteriores por malas decisiones, irresponsabilidades y excesos, con una economía seriamente dañada, donde se perdió la inversión y un número importante de empleos, con unas finanzas muy afectadas que llega a todas las instituciones del país.
Prometió que con su nuevo gobierno dará un giro a la economía y trabajará para procurar el progreso, enfocado en resolver los graves problemas que enfrenta Panamá, enfocado en el combate a la pobreza y la corrupción.
Se refirió a la puesta en marcha de un grupo de proyectos para mejorar la vida de los panemaños, como el programa Mi Primer Empleo, dirigido a miles de jóvenes. También el tema de la recolección y tratamiento de la basura, y la solución al problema del agua, que llegue a todos, sin privilegios, haciendo un llamado a los involucrados para la búsqueda de una solución acabando con las viejas prácticas y el favoritismo.
Puntualizó que Panamá será un amigo de las buenas causas y no permitirá señalamientos que perjudiquen la capacidad económica y manchen el prestigio del país.
Sobre la migración, un tema escabroso, pues Panamá es lugar de tránsito de miles de migrantes que van camino a Estados Unidos, dijo que no permitirá que los migrantes ingresen ilegalmente y que sea una vía de paso apoyado por organizaciones criminales y de tráfico de personas.
“No podemos seguir financiando el costo económico y social que la inmigración ilegal masiva genera al país con la consiguiente vinculación de organizaciones criminales internacionales que generan inseguridad a nivel internacional y obligan a cientos de unidades del Servicio Nacional de Fronteras y Aeronaval a descuidar nuestra seguridad territorial y marítima en otros puntos del país”, sostuvo.
Abogó por la solidaridad internacional para la búsqueda de soluciones con los países involucrados, sobre todo con Estados Unidos que es el destino final.
“Panamá no será más un país de tránsito para los ilegales. No permitiré complicidades locales. A nuestras fuerzas de seguridad les pido aplicar la ley como corresponde, con estricto respeto a los Derechos Humanos y apego a la defensa de los intereses de nuestra patria”. Dijo.
Hizo un llamado al sector privado a que invierta con plena libertad, pues no habrán sobornos ni habrán intermediarios, que eviten incurrir en coimas y tráfico de influencias para ganar una obra, un servicio o una licitación.
A la ceremonia de envestidura acudieron mandatarios y personalidades de varios países, entre los que estaban Gustavo Petro, de Colombia, Xiomara Castro de Honduras, Luis Abinader de República Dominicana, Alejandro Mayorkas, en representación del presidente de Estados Unidos, y el Rey Felipe de España, entre otros.