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Panamá. Mientras el gobierno culpa a los ambientalistas por la rebaja crediticia, estos últimos acusan al gobierno de descuidar la planificación económica y minimizar los impactos negativos de la minería en el medio ambiente
La comunicación oficial resaltó que el informe de la calificadora destacó el cierre de la mina como un factor determinante en esta decisión.
Mientras el gobierno señala a los ambientalistas como responsables de la rebaja de la calificación crediticia, estos últimos acusan al gobierno de descuidar la planificación económica y de menospreciar los efectos negativos de la minería en el medio ambiente.
“La salida de la mina sí afecta la economía, pero la pérdida del grado de inversión es por la irresponsabilidad fiscal, las maniobras contables del MEF, el problema no resuelto de la CSS y un presupuesto mal hecho”, aseguró Juan Diego, Diputado por San Miguelito y Jefe de la Bancada Independiente de la Asamblea Nacional.
“La culpa es del gobierno, no de quienes no quieren minería”, agregó el diputado, enfatizando la responsabilidad gubernamental en la situación económica actual.
Fitch también mencionó los problemas del Canal de Panamá que urge resolver. “El llamado debe ser a la concordia, a la unidad, no a seguir el sectarismo”, agregó el diputado.
Por su parte, Raisa Banfield, Arquitecta y Ambientalista, cuestionó el verdadero beneficio de la operación minera, argumentando que no mejoró las condiciones de vida ni redujo la pobreza multidimensional en la zona.
“¿De qué vivía Panamá y cómo ocupábamos el quinto lugar de la economía regional antes de exportar una sola onza de cobre?”, se preguntó Banfield.
“¿La operación minera redujo la pobreza multidimensional de la zona? ¿Mejoró las condiciones de vida y ambientales de la población, no de un grupito? Sobre esas respuestas hablemos”, continuó cuestionando.
En respuesta, el gobierno de Panamá argumenta que esta rebaja “no refleja una correcta evaluación de la situación macroeconómica y social del país” y resalta los sólidos fundamentos económicos, incluido el robusto crecimiento económico, baja inflación, reducción del desempleo y cumplimiento de metas fiscales.
Una de las principales repercusiones que traerá la rebaja de calificación que Fitch Ratings dio a Panamá, de “BBB-” a “BB+”, este jueves, es que al país y a sus habitantes le constará más cumplir con sus compromisos financieros al reducirse su capacidad adquisitiva, con el posible aumento de las tasas de interés.
La calificación considerada ‘estable’ se debió a los desafíos fiscales y de gobernanza que se han agravado por los acontecimientos que rodean el cierre de la mina más grande del país. Además, de los grandes déficits fiscales y el bajo rendimiento de los ingresos han impulsado algunos de los mayores aumentos de la deuda pública/ PIB e intereses/ ingresos entre pares desde 2019 antes de la pandemia.