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Un Embraer 195-E2 de KLM Cityhopper ha volado del aeropuerto Schiphol de Ámsterdam al de Valencia, como parte del reto The Aviation Challenge.
El reto es una iniciativa de la alianza aérea SkyTeam para alentar a las aerolíneas que forman esta alianza a realizar sus operaciones de la forma más eficiente y económica posible. Estas comparten los resultados de sus pruebas, lo que les permite aplicar a las demás estas constataciones para hacer más verdes todas sus operaciones de vuelo.
Este año, KLM eligió un vuelo entre Amsterdam y Valencia operado por su filial KLM CItyhooper el 5 de septiembre, para realiar su vuelo verde de demostración dentro de este reto.
Durante el vuelo, se probaron diversas iniciativas. Por ejemplo, la implantación de un nuevo procedimiento de ascenso optimizado, que puede ahorrar un 1 por ciento de combustible. Mediante este procedimiento, los ordenadores del avión aconsejan a los pilotos sobre las velocidades más eficientes, dependiendo del peso, las condiciones meteorológicas, el tipo de aeronave y la ruta.
También, los procesos de tierra en el aeropuerto -tanto en Schiphol como en Valencia- se realizaron mediante el uso exclusivamente con equipos eléctricos.
A bordo también se realizaron varios cambios, tanto perceptibles como imperceptibles para el pasajero. Se realizaron cálculos para minimizar la carga no esencial. No se llevó vajilla de cerámica a bordo y las tazas de café para los pasajeros de business estaba fabricadas con residuos agrícolas reciclados. El vino se transportó en “tubos de vino”, en lugar de botellas, reduciendo tanto asi el peso como los residuos; y los residuos de comida se recogieron por separado.
Otras medidas fueron ofrecer la revista de a bordo solo en formato digital; y la tripulación llevó uniformes fabricados con un nuevo tejido más sostenible y calzó las zapatillas deportivas Filling Pieces que acaban de incorporarse al uniforme.
Como compañía aérea, KLM también quiere hacer partícipes a los pasajeros en esta transición. Los pasajeros que compraron combustible sostenible (SAF) tuvieron prioridad en el embarque. El agua del grifo también estuvo más accesible en Schiphol con puntos de agua que permitieron a los pasajeros llenar botellas Dopper rellenables. También se recomendó a los pasajeros que llevaran poco equipaje.
La idea de The Aviation Challenge surgió de un grupo de empleados de KLM. Se inspiraron en la histórica carrera Londres-Melbourne de 1934, cuyo objetivo era abrir el mundo para conectar a las personas. Los retos a los que se enfrenta la aviación hoy en día ya no consisten en salvar distancias, sino en ser más sostenible. De ahí el desafío concreto de hacer que un vuelo comercial regular sea lo más sostenible posible en el marco de The Aviation Challenge.