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Panamá. El sector turismo, una alternativa para reemplazar los ingresos que se dejaron de percibir de la minería, no genera confianza en los inversionistas extranjeros. Solo un 2% de los inversionistas extranjeros apostó por este sector cuando el país tenía grado de inversión. El turismo aporta el 2% del producto interno bruto (PIB) de Panamá. Por debajo de sectores como comercio (20%), construcción (14%) y logística (13%).
El 62% de los empleos del sector turismo es informal. Los salarios están $101 por debajo del mínimo ($735,40). Como si fuera poco, los bancos prefieren no financiar proyectos turísticos porque no quieren arriesgar su capital en el sector. Los pequeños empresarios sacan de sus recursos para potenciar las inversiones del turismo, explicó René Quevedo, consultor laboral.
Quevedo aseguró que hay que demostrar que invertir en el turismo panameño es buen negocio. “Hay que desarrollar el turismo, hay que generar confianza”, esa es su carta. Hay, además, que mejorar los servicios públicos: basura, agua y viabilidad. Por último, recomienda simplificar los procesos para la entrada de turistas en el país.
En su criterio, a corto plazo, el turismo por sí solo no generará los ingresos que reemplazarían a la minera. “No seremos un país turístico hasta que invertir en el turismo panameño sea buen negocio”, concluyó el consultor.
Las proyecciones indicaban que la minería generaría el 5% del producto interno bruto (PIB), 7.000 empleos directos y 40.000 indirectos. Esto representaba aproximadamente $1.000 millones anuales. Pero después del fallo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que declaró inconstitucional el contrato ley 406, que permitía explorar y explotar Cobre Panamá, la actividad minera salió de la ecuación económica del país.
Para 2023, el sector turismo atrajo 2,5 millones de visitantes. Panamá requeriría atraer un millón de visitantes adicionales para compensar los ingresos que dejarán de percibirse de las operaciones mineras.
Los viajeros deben permanecer –como mínimo– tres días conociendo los atractivos turísticos que ofrece Panamá, con un gasto promedio de $200.
Los cierres de calles que hubo durante un mes por las protestas antimineras afectaron el turismo. Para ese momento, algunas provincias registraron 0% en turismo.
Ernesto Orillac, expresidente de la Cámara Nacional de Turismo (Camtur), reconoce la necesidad de generar confianza, porque “se ha debilitado”. Aunque el empresario está convencido de que hay oportunidades en el turismo e inversionistas que las están viendo. “Hay que trabajar en la confianza y en salir a buscar esos inversionistas. Hay un trabajo por hacer”, agregó Orillac.
Por ejemplo, la construcción del tren que conecte Panamá y David potenciaría no solo al turismo, sino a todo el país. Sería como el game change (cambio de juego)”, concluyó el empresario.
Annette Cárdenas, quien también ha presidido Camtur, señaló que es importante que el extranjero sienta confianza para invertir en el turismo o en cualquier otro tipo de desarrollo.
“Eso sucede en la medida en que se tenga un plan de desarrollo que cuente con el aval y compromiso del gobierno …”, reflexionó.
Cárdenas cree que no se percibe el “apetito” de invertir en el sector. Quizá la falta de una demanda sostenible en el número de turistas sea una de las razones principales, explicó.
El escenario económico
El Gobierno de Panamá contaba con que la exploración y explotación de la mina Cobre Panamá se convirtiera en su segunda fuente de ingresos después del Canal de Panamá, con entradas proyectadas en $770 millones para 2023 y $375 a partir de 2024. Sin estos ingresos se prevé que el gobierno superará el techo del déficit de 2% para 2024.
A esto se suma el impacto que el clima está teniendo en el Canal de Panamá. La sequía de la estación seca impactó las operaciones de la vía interoceánica e implicaría una reducción de $200 millones en las recaudaciones del año fiscal.
Las calificadoras de riesgo encendieron sus luces rojas por la delicada situación fiscal. El 28 de marzo de 2024, Fitch Ratings rebajó la calificación crediticia, lo que eliminó el grado de inversión del país.
Pero la sola designación de Felipe Chapman, como ministro de Economía y Finanzas del gobierno electo de José Raúl Mulino, le devolvió la calma y la confianza a los mercados. “El presidente ha dado un gran paso colocando en su gabinete a personas que generan confianza, como Felipe Chapman”, admitió Ernesto Orillac.