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México. Tal como había adelantado arecoa.com, el gobierno que encabeza el presidente Luis Abinader anunció su plan de reforma fiscal, propuesta que contempla derogar el esquema fiscal preferencial que ha servido de base del desarrollo turístico.
Los países competidores tratan de emular el éxito del turismo dominicano que ha sido posible gracias a los incentivos y exenciones, y ahora el gobierno planea reducirlos, esa medida es lo más parecido a «darse un tiro en el pie».
El plan propuesto por Abinader busca mantener los incentivos a los nuevos proyectos turísticos, entiéndase en este momento, Punta Bergantín y Cabo Rojo, sin dejar de mencionar al emergente destino de Miches.
Simón Suárez, expresidente de la Asociación Nacional de Hoteles y Turismo (Asonahores), en cuanto a la posibilidad de que los incentivos sean revisados con los fines de aplicarlos solo en zonas de potencial emergente, como Pedernales, recordó que República Dominicana no es un destino fraccionado, sino uno en su conjunto.
El actual vicepresidente de Relaciones Institucionales y Proyectos del Grupo Puntacana puso como ejemplo el caso de Puerto Plata, que cuando se aprobó la ley vigente de turismo fue excluida de los incentivos, porque se entendía que era un polo madurado, y finalmente terminó en un retroceso del cuál todavía no se ha recuperado.
“No podemos pretender por la vía de incentivos fiscales desarrollar regiones una versus la otra”, añadió, y abogó por mantener los incentivos en la parte de hotelería en la actividad turística, ya que es un área que tiene la capacidad de multiplicar su riqueza exponencialmente, debido al efecto de encadenamiento con las demás actividades económicas que le ofrecen bienes y servicios.
Agregó que cada habitación hotelera genera 1.5 empleados. En ese sentido, si se toma en cuenta que actualmente hay alrededor de 86,000 habitaciones hoteleras, entonces la generación de empleos directos y formales de ese sector es de al menos 130,000 empleos.