Estimated reading time: 2 minutos
El Salvador. La reducción de la inversión extranjera directa (IED) se suma hoy a los retos que enfrenta el gobierno de Nayib Bukele para enderezar la economía salvadoreña.
Un informe del Banco Central de la Reserva (BCR) mostró que la IED bajó en el segundo trimestre del año y terminó con números en negativo con menos 11.26 millones de dólares.
Eso significa que salió más dinero de inversión de lo que entró para quedar lejos de los 188.49 millones reportados en el primer trimestre de 2024.
Según expertos este tipo de indicador es observado por especialistas y los organismos multilaterales, entre un grupo de elementos, para apreciar la salud de la economía.
Es normal que las empresas reporten salidas de capital hacia sus casas matrices o pago de obligaciones, pero cuando es negativo es una alerta de desinversión.
A esta situación se sumó el pobre crecimiento económico en el segundo trimestre lo cual puso en duda que 2024 termine con entre tres y cuatro por ciento de aumento.
Así lo evidenció el BCR al informar que el país apenas logró el 1.4 por ciento en el segundo trimestre, la menor escalada desde la pandemia en 2020
Aunque en los primeros meses se obtuvieron buenos resultados, posteriormente ocurrió una fuerte desaceleración de la economía que creció menos de la mitad de lo que lo hizo en el primer trimestre de 2024.
Los datos reflejan que siete de las 19 actividades con las que se mide el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajeron, en especial la construcción, vista desde 2023 como un motor impulsor de la economía local por su buen desempeño, la cual bajo de una tasa de más de 24 hasta un 14.50 por ciento en la fecha.
Otro elemento a tomar en cuenta sobre las afectaciones al país fue aireado en la semana por la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport), la cual informó que el precio de las materias primas se encareció un 0.2 por ciento entre 2023 y 2024, resultado de la inflación y los problemas internacionales.
Pese a esas dificultades, aún hay esperanzas de que la posible rúbrica de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China en 2025 pueda dar un respiro al país e incrementar las exportaciones al mercado del gigante asiático.