A lo largo de la vida, una mujer experimenta cambios hormonales significativos que pueden tener un impacto directo en la salud y apariencia de su piel. El Dr. Juan Carlos Quesada, de Total Dermatology, describe algunos de los principales momentos en la vida de la mujer y cómo se reflejan estos cambios en la piel femenina.
Pubertad:
Durante la pubertad, la mujer aumenta la producción de hormonas androgénicas, como la testosterona. Esto puede llevar a un aumento en la producción de sebo, lo que contribuye al desarrollo del acné. Asimismo, en período la piel puede volverse más gruesa y porosa y cambiar la textura debido a la combinación de factores hormonales y genéticos. Algunas adolescentes pueden experimentar hiperpigmentación post inflamatoria de la piel, debido a la inflamación asociada con el acné.
No obstante, hay que aclarar que, indicó el Dr. Juan Carlos Quesada, mientras algunas pueden enfrentar problemas de acné, otras pueden tener una piel sin complicaciones. De todas formas, agregó el dermatólogo, es muy conveniente enseñarlas desde temprana edad a mantener una rutina de cuidado que incluya limpieza regular, hidratación y el uso de protector solar, ya que esto puede ayudar a mantener la piel en equilibrio y reducir la severidad de problemas como el acné.
Durante la adolescencia, ellas también experimentan el estiramiento de los tejidos debido al desarrollo corporal acelerado. Estos cambios pueden contribuir a la aparición de estrías, que son líneas finas y descoloridas en la piel causadas por la ruptura de las fibras de colágeno y elastina, detalló el Dr. Quesada. Las estrías son comunes en áreas propensas a la distensión, como los senos, las caderas y los muslos y, aunque no son perjudiciales para la salud, pueden tener un impacto en la autoestima de quien las tenga.
Ciclo menstrual:
A lo largo del ciclo menstrual, las fluctuaciones en los niveles de estrógeno y progesterona pueden afectar la textura de la piel. Algunas mujeres pueden experimentar cambios en la hidratación y la sensibilidad, así como acné durante el período.
Embarazo:
Las hormonas del embarazo, como los estrógenos y la melanocortina, también pueden provocar cambios en la pigmentación de la piel, resultando en melasma (manchas oscuras) y línea alba, o sea, línea blanquecina o de color más claro que se encuentra en la parte media del abdomen humano.
Asimismo, el estiramiento de la piel en el abdomen durante esta etapa es un tema que le preocupa a las mujeres. Incluso, en el postparto también vienen fluctuaciones hormonales que se reflejan en la piel
Durante los 30s
Durante los 30s, las mujeres suelen experimentar cambios en la piel que están relacionados con el proceso natural de envejecimiento y la disminución gradual de ciertas funciones cutáneas como la producción de colágeno y elastina, proteínas esenciales para mantener la firmeza y elasticidad de la piel. Esto puede contribuir a la aparición de líneas finas y a una pérdida sutil de la elasticidad. También se pueden empezar a notar signos de daño solar acumulado, como manchas oscuras o irregularidades en la pigmentación.
Esta fase es un momento clave para comenzar prácticas de prevención del envejecimiento. El avance de la ciencia, la tecnología y la medicina ofrecen procedimientos y productos antienvejecimiento que ayudan a combatir los signos tempranos, detalló Quesada.
Perimenopausia
Esta fase marca el período de transición hacia la menopausia y generalmente inicia en los años 40, aunque algunas mujeres pueden experimentarla de manera temprana. Particularmente comienza la disminución de estrógeno y progesterona que contribuyen a la pérdida de colágeno y elastina, lo que resulta en una disminución cada vez más notoria de la firmeza y elasticidad cutáneas, así como cambios en la pigmentación.
Menopausia:
Ya en esta etapa se intensifica la disminución de estrógeno y con ello se reduce sensiblemente la producción de colágeno y elastina, lo que contribuye a enfatizar la pérdida de firmeza y elasticidad que inició en años anteriores. La piel se vuelve más seca y delgada debido a la reducción de la actividad de las glándulas sebáceas y la disminución de la vascularización cutánea. El 60% de las mujeres mayores de 50 años experimentan algún grado de sequedad o descamación de la piel debido a cambios hormonales.[i]
Envejecimiento:
La inevitable pérdida de colágeno y elastina, la lenta renovación celular, combinada con la exposición al sol y otros factores ambientales dan lugar a la aparición de arrugas y líneas finas.
Ciencia en acción
Según el Dr. Quesada, hay algunos procedimientos y tratamientos dermatológicos que ayudan a devolverle a la piel algunos atributos que se han perdido naturalmente. Por ejemplo, los tratamientos inductores de colágeno que permiten mejorar la apariencia y la salud de la piel. Estas sustancias bioestimulantes activan y aumentan la producción de colágeno, estimulando la reparación y regeneración de tejidos para mejorar la textura y el tono de la piel, reducir las arrugas finas y mejorar la flacidez para una apariencia más joven y radiante.
El ácido hialurónico es uno de los ingredientes de más éxito en la dermatología estética para restaurar el volumen y reducir la apariencia de arrugas y pliegues en la piel. Asimismo, la toxina botulínica sigue y seguirá siendo una de las estrategias ganadoras para prevenir y tratar líneas de expresión. Además, los tratamientos con láser sin tiempo de recuperación se utilizan para mejorar la apariencia, estimular el colágeno y la elastina de la piel, así como abordar diversas afecciones cutáneas como manchas solares, arrugas, cicatrices de acné, mejorar la textura general de la piel, suavizando la apariencia de poros dilatados y promoviendo un tono de piel más uniforme y radiante, especificó el especialista.
Es importante alentar a las mujeres a consultar con profesionales de la dermatología para abordar sus preocupaciones específicas sobre la piel. Es esencial un enfoque personalizado para cada paciente, considerando su historial hormonal y otras características individuales», destaca el Dr. Juan Carlos Quesada.
Fuente. Total Dermatology