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El organismo de las Naciones Unidas vaticina un 2024 de desafíos para el bloque, luego de que las exportaciones de bienes cayeron un 4,1% en 2023, impulsadas por el descenso de 7,2% en los precios internacionales de los bienes exportados
El bloque económico del Mercado Común del Sur (Mercosur) experimentará un 2024 con importantes desafíos asociados al bajo dinamismo de la demanda global, la disminución de los precios internacionales de los productos que el bloque exporta y la persistencia de unas tasas de referencia más altas.
Así lo advirtió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su más reciente “Boletín de Comercio Exterior del Mercosur (No.⁰ 7): Oportunidades y desafíos para la integración regional en un escenario de fragmentación mundial”.
En general, en 2023, el Mercosur experimentó una disminución en la tasa de crecimiento de la actividad económica de hasta 1,8%, desde el 5,0% del 2022, arroja el documento. El escenario sombrío es resultado de un menor dinamismo en las exportaciones de bienes, las cuales cayeron un 4,1%, impulsadas por el descenso de 7,2% en los precios internacionales de los bienes exportados. También se redujeron los precios internacionales de los bienes importados (9,5%), por las menores cotizaciones de los combustibles y fertilizantes; y el volumen de las compras externas (-2,4%), disminuyendo 11,7% el valor importado por el bloque.
Comercio exterior de servicios
Sin embargo, señala que el comercio exterior de servicios mostró mayor dinamismo que el de bienes, en línea con la tendencia global, y superó sus niveles previos a la pandemia.
Las exportaciones, por ejemplo, tuvieron un aumento del 12,8% respecto al 2023, impulsadas por el turismo receptivo y los servicios modernos, mientras que en las importaciones el crecimiento fue de 4,6% fundamentalmente por la baja en los precios internacionales del transporte de bienes, que contrarrestó el fuerte crecimiento del turismo emisivo.
Como resultado, el saldo de servicios, estructuralmente deficitario para el bloque, se redujo un 1,5% del producto interno bruto (PIB) del grupo. Con un superávit en bienes del 2,7% del PIB, que superó al déficit en servicios, el saldo comercial total resultó positivo en un 1,2% del PIB, lo que significó una mejora en comparación con el de 2022, cuando el comercio había sido equilibrado.
“El valor del comercio entre los miembros del Mercosur mostró una mayor resiliencia que el intercambio total, registrando un crecimiento del 4,2% respecto al año previo. Este aumento fue favorecido por el dinamismo del sector manufacturero, en particular el complejo automotor. Además, el bloque mostró capacidad para afrontar el choque exógeno que significó la sequía en Argentina y Uruguay sobre ciertas cadenas de valor, garantizando el suministro de insumos desde los otros miembros del bloque”, recalca el documento.
Avances y dificultades
La Cepal resalta que tras varios años de poco dinamismo en el funcionamiento del bloque, en 2023 se dieron pasos importantes, entre los que se destacó la incorporación de Bolivia como miembro pleno, la aprobación de un nuevo régimen de origen, la regularización de los aportes al Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur (Focem), y la firma de un acuerdo comercial con Singapur. En contraste, aclaró que todavía no se han registrado progresos en la negociación del acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE).
Además de estos avances, la Cepal advirtió que el Mercosur persiste en sus dificultades para aumentar sus exportaciones, que crecen menos que el comercio global (2,2% anual frente a 2,6%) desde la salida de la crisis financiera mundial de 2008-2009, en el marco de una creciente primarización de las exportaciones y dificultades para profundizar la integración regional.
Al mismo tiempo, advirtió que la creciente inestabilidad geopolítica mundial, la búsqueda de muchos países del mundo de “acortar” sus cadenas de suministro para garantizar una mayor resiliencia de sus economías frente a eventos disruptivos y el número creciente de medidas de protección comercial, incluyendo las que tienen su origen en la protección del medio ambiente, podrían restringir las posibilidades de expandir las exportaciones más tradicionales del Mercosur y profundizar el rezago productivo del bloque, afectando su inserción internacional.
Para este 2024, la Cepal sostiene que la mayor oferta exportable para Mercosur será la que proviene de Argentina y Uruguay, que se verían compensadas con la caída que sufriría Brasil.
Mientras que las importaciones podrían reducirse si se mantiene la tendencia a baja en los precios de los hidrocarburos, aunque la conflictividad en el Mar Rojo podría seguir impactando las rutas comerciales mundiales y encarecer los costos de los fletes.
Subrayó, además, que la transición verde representará otro gran desafío para la inserción externa del Mercosur, en la que también deben implementar políticas de desarrollo productivo verdes con sostenibilidad económica, social y ambiental.
A pesar de los retos que tiene el Mercosur, la Cepal afirma que representa una nueva oportunidad para estrechar lazos regionales y generar sinergias productivas, tecnológicas y de demanda, emulando las experiencias de los países avanzados.