Según indicó la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2017, el cáncer de cuello uterino es el segundo cáncer más frecuente entre las mujeres de América Latina y el Caribe, y el cuarto en la región de las Américas, provocando la defunción de unas 35.000 mujeres cada año y un estimado de 83.000 mujeres diagnosticadas anualmente. De acuerdo a estadísticas del Observatorio Global de Cáncer (Globocan) en el año 2020 872 mujeres fallecieron como consecuencia del cáncer cérvico uterino en Guatemala.
En el marco del Día Mundial de la Prevención del Cáncer del Cuello Uterino es importante recordar que el cáncer de cuello uterino es una de las enfermedades prevenibles a través de la vacunación, lo que hace necesario hacer un llamado de conciencia sobre esta enfermedad, que puede tratarse con bajos riesgos mientras su detección sea oportuna y temprana.
Un diagnóstico oportuno puede salvar vidas
Con frecuencia, el cáncer de cuello uterino puede prevenirse con pruebas de detección regulares para diagnosticar cualquier lesión, así como con la vacuna contra el Virus de Papiloma Humano (VPH). Las pruebas y los procedimientos a continuación pueden usarse para la detección del cáncer de cuello uterino:
- Prueba de VPH: Se realiza en una muestra de células extraídas del cuello uterino de la mujer. Esta muestra se analiza para detectar las cepas de VPH que se relacionan más frecuentemente con el cáncer de cuello uterino. La prueba de VPH puede realizarse individualmente o combinada con una prueba de Papanicolaou.
- Prueba de Papanicolaou: La prueba de Papanicolaou es la que se usa con más frecuencia para detectar los cambios tempranos en las células que pueden derivar en cáncer de cuello uterino. Esta también se llama citología vaginal. Para ella se debe obtener una muestra de células del cuello uterino. Con frecuencia se realiza al mismo tiempo que una exploración ginecológica bimanual como parte de un control ginecológico.
La detección del cáncer de cuello uterino se puede realizar durante una cita con un médico de atención primaria o un ginecólogo.
Vacunación como una alternativa de prevención
Una manera de prevenir el VPH es vacunarse. Las vacunas protegen contra los tipos de virus del VPH que causan los precánceres y cánceres de cuello uterino, vagina, vulva y ano con mayor frecuencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda vacunar a las niñas de 9 a 14 años.
“El cáncer de cuello uterino puede ser prevenible a través de la vacunación temprana. En Guatemala la vacuna está disponible en el Programa de Inmunización para niñas de 10 a 14 años y es una herramienta fundamental para protegerlas de esta y otras enfermedades asociadas al VPH”, comentó la Dra. Carmela Oranges, Directora Ejecutiva de Medical Affairs para MSD
Consulte a su especialista médico y proteja a sus hijos contra el Virus del Papiloma Humano.
Fuente. MSD