La resorción ósea, un proceso natural en el que las células osteoclastos descomponen el tejido óseo, puede generar debilitamiento y fragilidad en los huesos. Sin embargo, en el campo médico, se ha avanzado en el desarrollo de tratamientos preventivos y terapéuticos, como el ácido zoledrónico, para abordar esta preocupación.
El ácido zoledrónico es un medicamento cuyo objetivo principal es prevenir la pérdida ósea y reducir el riesgo de fracturas que ha demostrado ser eficaz y seguro en la prevención de complicaciones óseas de pacientes con cáncer.
Su mecanismo de acción ayuda a mantener la integridad del tejido óseo y a prevenir complicaciones derivadas de la debilidad de los huesos. Según explica la Fundación Internacional de Osteoporosis a menudo, los huesos se ven afectados como resultado del cáncer y sus tratamientos.
En el ámbito oncológico, el ácido zoledrónico se utiliza de manera preventiva para minimizar el riesgo de fracturas en pacientes con cáncer, incluyendo aquellos que enfrentan metástasis en huesos, tumores sólidos y ciertos tipos de cáncer, como el de mama y próstata que pueden ser tratados con supresión hormonal, contribuyendo a la pérdida de hueso.
Otros factores relacionados con el cáncer, como el bajo peso corporal o el reposo prolongado en cama, pueden afectar la salud ósea, aumentar el riesgo de caídas y por ende, la posibilidad de fracturas.
Con un enfoque integral en la atención de pacientes con cáncer, este tratamiento se ofrece en el Centro de Cáncer y Hematología del Hospital Metropolitano, ubicado en la sede Lindora. Los especialistas buscan que generar un impacto positivo en la calidad de vida del paciente con cáncer, aplicando este tratamiento de forma paralela a sus terapias oncológicas.
«El ácido zoledrónico brinda una valiosa herramienta en pacientes oncológicos ya que dolor óseo es uno de los dolores más comunes, siendo un síntoma que afecta de manera considerable la calidad de vida del paciente. Por otra parte, también ayuda a la prevención de fracturas y el mantenimiento de la salud ósea general. Nuestra prioridad es garantizar la calidad de vida de los pacientes, y este tratamiento desempeña un papel esencial en esa misión», destacó Adriana Meoño, regente farmacéutica oncológica del Centro de Cáncer y Hematología del Hospital Metropolitano.
Este tratamiento se administra mediante infusiones intravenosas, con una duración por encima de 30 minutos según indicación médica. No requiere una preparación compleja por parte del paciente y la frecuencia de las infusiones varía según sus necesidades individuales, pudiendo ser desde una vez al año hasta cada 4 o 12 semanas, según el diagnóstico y los resultados de los exámenes médicos.
Se complementa con exámenes regulares para monitorear la salud ósea y adaptar el tratamiento según las necesidades cambiantes del paciente con cáncer. La especialista recuerda que cada persona es única y requiere una atención personalizada para optimizar los resultados de su tratamiento. Por ello, es fundamental una evaluación médica exhaustiva y mantenerse bajo la supervisión de su equipo médico.
Fuente. Hospital Metropolitano