A partir de julio llega a Guatemala un nuevo medicamento para el tratamiento del cáncer de mama en etapa temprana, el cual inhibe el ciclo celular y, por ende, la proliferación del cáncer mamario, presentando una toxicidad diferente a las terapias farmacológicas tradicionales, otorgando una mayor y mejor calidad de vida al paciente al reducir el riesgo de recaída o recidiva de la enfermedad en aproximadamente un 30%.
El cáncer de mama es una enfermedad causada por la multiplicación anormal de las células de la mama que forman un tumor maligno. A escala global, es el tipo de cáncer más comúnmente diagnosticado en mujeres: 1 de cada 8 padece cáncer de mama. Asimismo, es la principal causa de muerte relacionada con el cáncer en las mujeres de todo el mundo. Incluso desde 1990, la incidencia mundial del cáncer de mama ha aumentado anualmente un 1,44%.
En el mundo se estima que 1.7 millones de personas contraen cáncer de mama por año, y que 522.000 fallecen por su causa. En Guatemala la incidencia del cáncer de mama es de 11,9 por cada mil mujeres, la prevalencia es de 48,9 por cada mil mujeres y la mortalidad es de 5 por cada mil mujeres. Se registran anualmente unos 2.000 casos de cáncer de mama y se han contabilizado 500 muertes por este padecimiento. El cáncer de mama es el segundo tumor maligno más frecuente en Guatemala después del de cérvix, y afecta principalmente a las mujeres.
Hay distintos tipos de cáncer de mama, dependiendo de qué célula del tejido mamario se origine (conductos, lobulillos, etc.). Puede afectar a cualquier mujer y en un porcentaje muy bajo (1% aproximadamente) a los hombres. Las posibilidades de que aparezca aumentan con la edad, en especial a partir de los 50 años. La detección temprana del cáncer de mama aumenta las posibilidades de cura, para ello el método recomendado es la mamografía. Todas las mujeres entre los 50 y 69 años, sin antecedentes personales ni familiares de cáncer de mama, deben realizarse una mamografía cada uno o dos años8.
Factores de riesgo y prevención
Aunque se desconocen las causas del cáncer de mama, se reconoce que algunos factores aumentan el riesgo de padecerlo:
- Ser mayor de 50 años.
- Antecedentes familiares de cáncer de mama.
- Tratamiento previo con radioterapia dirigida al tórax.
- Terapia de reemplazo hormonal.
- Primera menstruación a edad temprana y/o menopausia tardía.
- Edad avanzada en el momento del primer parto o nunca haber tenido hijos.
El sobrepeso, el sedentarismo, y consumo excesivo de alcohol son factores que se pueden evitar para disminuir el riesgo de tener cáncer de mama. El cáncer de mama hereditario representa solo alrededor del 5-10% de todos los casos.
Síntomas
Nódulo/s palpables, retracción del pezón, cambios en la textura y el color de la piel de la mama, prurito o lesiones descamativas en el pezón, secreción por el pezón; muchos de estos son a veces asintomáticos.
Diagnóstico y detección temprana
No podemos “evitar” la formación del cáncer de mama, pero sí podemos diagnosticarlo en forma precoz o incipiente, logrando altísimas tasas de curación. La mamografía puede detectar el cáncer de mama cuando el nódulo todavía no es palpable o lo es mínimamente. La detección temprana del cáncer de mama aumenta las posibilidades de cura.
“Se recomienda que todas las mujeres de 40 a 69 años se realicen al menos una mamografía cada uno o dos años junto a un examen físico de las mamas por parte de un profesional de la salud. Tanto las mujeres menores de 40 años como las mayores de 69 deben consultar con el médico acerca de la conveniencia de hacer o no una mamografía.
Ante una mamografía con una imagen sospechosa de cáncer o un examen físico que detecte una lesión visible y/o palpable en la mama, se deberá realizar una biopsia para definir el tratamiento. La biopsia consiste en la extracción de células y tejidos que un médico patólogo observa en un microscopio para verificar si hay signos de cáncer”, dijo el doctor Rafael Camero, gerente médico senior de oncología en Asofarma.
Tratamiento
El tratamiento del cáncer de mama dependerá de la extensión en el cual se encuentre. Mientras la enfermedad se encuentre localizada a la mama, con o sin compromiso de los ganglios axilares, el tratamiento incluirá cirugía del tumor y de la axila, con el agregado de terapias post quirúrgicas (adyuvantes) o pre quirúrgicas (neoadyuvantes) que tienen el objetivo de reducir la posibilidad de recaída tumoral y promover la curación; esas terapias incluyen radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia, terapias dirigidas a la presencia de algún gen, etc. La selección del tratamiento la hará el oncólogo y se basará en diferentes parámetros (tipo de tumor, tamaño, compromiso ganglionar, receptores hormonales, positividad para algún gen) que determinan el riesgo personal.
Lamentablemente, algunas pacientes se diagnostican con enfermedad extendida a otros órganos (metástasis) o su enfermedad inicial puede progresar a esta situación luego de algún tiempo de haber realizado su tratamiento primario; en esta instancia, el objetivo de los tratamientos será prolongar el tiempo de sobrevida y mejorar los síntomas relacionados a la enfermedad avanzada, logrando una mejor calidad de vida. Aquí también, los tratamientos incluyen quimioterapia, hormonoterapia, terapias dirigidas a blancos moleculares, y, en algunos casos, radioterapia paliativa.
Sin embargo, hay necesidades insatisfechas y brechas en el enfoque de tratamiento actual. Existen ciertos subtipos de cáncer de mama que presentan mayor riesgo de que vuelvan a desarrollarse. El 20% de los pacientes pueden experimentar recurrencia de la enfermedad en los primeros 10 años, por lo que necesitan el apoyo de tratamientos adicionales.
El nuevo fármaco para abordar el cáncer de mama de manera diferente
Este innovador medicamento presentado por Asofarma actúa inhibiendo el ciclo celular, evitando la proliferación de las células tumorales y la reproducción de las células malignas. Es una medicación para pacientes con cáncer de mama temprano que ya hayan transitado el tratamiento indicado: cirugía, quimioterapia, terapia endocrina y/o rayos. Además, presenta toxicidad diferente a las terapias clásicas como la quimioterapia, provocando, por esto, otros efectos adversos.
La aprobación en Guatemala es similar al de la agencia de salud europea (EMA), pudiéndose ofrecer dos años de este tratamiento en conjunto con hormonoterapia, a aquellos pacientes con receptores hormonales positivos, HER2 negativo, ganglios axilares positivos y otros factores de alto riesgo de recaída, como el tamaño tumoral y el grado histológico alto.
“Cabe destacar que, en el año 2019, ya se había aprobado la utilización de este medicamento para tratar el cáncer metastásico, lo cual fue una noticia positiva para los pacientes porque significó una alternativa terapéutica para otorgar una mayor sobrevida, sin dejar a un lado la mejora en la calidad de vida, evitando muchas veces la quimioterapia. A diferencia de aquel avance, esta nueva indicación sirve para tratar el cáncer en etapa no metastásica. El oncólogo tratante valorará en cada caso particular el riesgo de recaída de enfermedad y la necesidad de incorporar esta medicación innovadora al tratamiento estándar pautado para su paciente”, finalizó el doctor Camero.
El perfil de pacientes adecuado para administrarle este medicamento son mujeres con:
- RH positivo y HER2 negativo
- Pre, peri o post menopausia
- Cáncer de mama temprano (no metastásico y con alto riesgo de recaída)
- Haber recibido algún tratamiento previo para su enfermedad temprana: quimioterapia neo y/o adyuvante, cirugía, o radioterapia.
Fuente. Asofarma