Kanye West, demandado por una fotógrafa a la que quitó el móvil y lo arrojó contra el suelo. El rapero Kanye West vuelve a estar en el ojo del huracán por su carácter impulsivo. Una fotógrafa llamada Nichol Lechmanik ofreció ayer jueves una conferencia de prensa para anunciar que ha demandado al astro del hip hop, quien cambió legalmente su nombre el año pasado para darse a conocer como Ye, en relación con un incidente ocurrido el pasado 27 de enero. La reportera gráfica se encontraba en las inmediaciones de un centro deportivo al que había acudido el intérprete para ver un partido de baloncesto de su hija mayor, North, fruto de su extinto matrimonio con Kim Kardashian. Cuando salió del recinto y se percato de que Lechmanik le estaba grabando con su móvil, el artista no dudó en acercarse a la ventanilla de su coche, hacerse con su teléfono móvil y arrojarlo contra el suelo. La demandante exige al polémico cantante una indemnización por daños y perjuicios, relativa a la agresión y a las amenazas que le atribuye, así como por los efectos psicológicos que todavía arrastra a causa del suceso. «Se aproximó a mi coche como si fuera a pegarme. Me arrebató el teléfono de la mano y lo estrelló violentamente contra el suelo. Me produjo tanto miedo, que no he vuelto a ser la misma. No tiene derecho a asaltarme así, o a amenazarme por mi profesión», declaró Lechmanik ante los periodistas. La paparazzi justifica su decisión de llevar a Kanye a los tribunales por razones personales y también para defender a sus compañeros de profesión, muchos de los cuales ya han vivido en primera persona los arrebatos de rabia del también diseñador. «Quiero que sepa que no puede hacer estas cosas sin tener que enfrentarse a las consecuencias. Nunca me ha pasado algo así con otras celebridades. Quiero que la gente sepa que hay buena gente en esta profesión. Nos preocupa el bienestar de los famosos, nunca les haríamos daño», argumentó. De forma más concreta, la abogada de la demandante, Gloria Allred, ha querido recordar al artista que en Estados Unidos los fotógrafos tienen derecho a grabar sin casi restricciones en la vía pública. Si eso no es de su agrado, añade, «puede elegir quedarse en casa para proteger su intimidad». «Puede expresar su desacuerdo con palabras, pero no tiene derecho a arrebatar propiedad ajena, propiedad que en este caso es imprescindible para que la persona pueda ejercer su profesión», señaló durante la comparecencia.