Elton John pone a la venta su mansión de Atlanta, toda una ‘obra de arte’, por menos de 5 millones de dólares. El cantante Elton John, padre de dos niños junto a su marido David Furnish, ha decidido poner en el mercado su imponente mansión de Atlanta, en el estado de Georgia. Como se desprende de la información que aparece en el portal inmobiliario de Sotheby’s, el astro de la música pretende recibir algo menos de cinco millones de dólares por la propiedad, la cual adquirió hace 20 años para disfrutar, en sus propias palabras, de la agradable «hospitalidad sureña». La descripción del inmueble supone toda una oda a la figura de Elton John, del que se destaca su buen gusto y sofisticación. «Es una unión de seis estancias separadas, que han sido transformadas en un palacete de dos plantas, testamento de un estilo de vida lujoso. Esta residencia, propiedad de uno de los artistas más reverenciados y exitosos de todo el mundo, es una obra de arte y la expresión de su prestigio internacional», reza un extracto del texto. Los próximos dueños de la casa podrán disfrutar de una excelente vista panorámica de la ciudad y, sobre todo, de estancias espaciosas como un comedor de dos niveles, un gimnasio, una sala de masajes con spa incluido y un cuarto de baño de grandes dimensiones en el que relajarse y desconectar del mundanal ruido. El garaje tiene capacidad para nueve vehículos y, en ese mismo sótano, se encuentran nada menos que cinco bodegas. Elton John pone a la venta su mansión de Atlanta, toda una ‘obra de arte’, por menos de 5 millones de dólares. Cuando Elton John compró la mansión, en el año 1993, no dudó en presumir de ella y de su exhaustiva reforma en las páginas de la revista Architectural Digest. El astro de la música vivía por entonces una «aventura amorosa» con Estados Unidos y, aunque buscaba una especie de búnker inexpugnable en el que recluirse, lo cierto es que destacaba de sus nuevos vecinos su carácter «cortés y amistoso». «Me encanta la hospitalidad sureña», aseguraba emocionado. Al parecer el artista amuebló su flamante vivienda en un sólo día, enviando a sus interioristas a Nueva York y ordenando el traslado inmediato de todo el mobiliario