El Salvador. La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), en su análisis económico de julio, además de pronosticar una cifra récord en las remesas familiares -hasta por $7,328 millones-, reportó que el 90 % del total se utiliza para consumo exclusivamente.
Según el más reciente informe del Banco Central de Reserva (BCR), 469,000 hogares salvadoreños reciben remesas familiares, lo que equivale a un 24 % de las familias del país.
Según la economista Merlin Barrera, «este comportamiento de consumo refleja de alguna manera que ante la falta de empleos y oportunidades que tiene la población la remesa es lo que les permite vivir en este país». Aunque reconoce que «son un alivio, una ayuda a la reactivación de la economía».
Aunque las remesas llegan a todos los rincones del país, especialmente a través de empresas remesadoras, «la intensidad de recepción de remesas es más alta en departamentos que han experimentado altos niveles de migración, como La Unión (48.8 %), Chalatenango (41.3 %) y Cabañas (40.1 %)», dice FUSADES.
Por monto de remesas, la mayor cantidad se concentra en los departamentos con más población, como las ciudades más importantes del país que son San Salvador, San Miguel, Usulután, La Libertad y Santa Ana.
Miles de familias del país reciben como promedio $311, que son utilizados para el consumo básico (90 %), que va desde alimentación, pago de servicios, diversión, educación (6.6 %) a lo que se ha incluido la contratación obligada de servicios de internet y solo 0.4 % para invertir o formar un negocio.
Los ingresos de remesas a El Salvador se incrementaron a partir del tercer trimestre de 2020 y en eso tuvo mucho que ver el Gobierno de los Estados Unidos, que aprobó fondos para Pagos por Impacto Económico (Economic Impact Payments, EIP, por sus siglas en inglés) para hogares y empresas.
Barrera explicó que los salvadoreños tienen muy poca cultura del ahorro «nunca ha superado el 2 %, por eso es un reto para el país lograr que haya un mejor destino de estas remesas, hacia actividades más productivas, inversiones, negocios que vengan a suplir la falta de oportunidades y que sean fuentes de ingreso para el futuro».
Sin embargo, la actual inflación afecta aún más el bolsillos de los salvadoreños. «La inflación promedio del país rondaba un dígito, inició este año con el 3 % y se estima que puede terminar en un 6 %; se refiere a un encarecimiento muy grande por lo que la remesa se vuelve insuficiente. El poder adquisitivo se ve disminuido, la gente no puede comprar la misma cantidad de cosas ni la misma calidad», dijo Barrera.
Desventaja
La economista Merlin Barrera explica que, con las importaciones de productos mexicanos, los productos nacionales, como maíz, frijol y arroz, se fueron abajo. Los productores tenían una expectativa y el precio fue abajo. La seguridad alimentaria está en juego pues los arroceros, por ejemplo, no quieren cultivar.
Fuente: La Prensa Gráfica.